By Daniel Anell
Nunca antes la famosa frase de “todo cambio es bueno” hace tanto sentido como cuando hablamos de Kaizen. La palabra tiene su origen en la palabra kai (cambio) y zen (bueno) y en su aplicación dentro de las empresas su repercusión se da en la mejora en la calidad y en la reducción de costos de producción con simples modificaciones diarias. Esta metodología se caracteriza por desarrollar una cultura participativa en todos los trabajadores.
Específicamente hablando de este sector, si los equipos trabajan para efectuar mejoras, a través de traslapar actividades y estar en secuencia, el resultado será la reducción de los tiempos de construcción. Esto solo se logra a través de una planeación proactiva.
Por ejemplo, si este mismo concepto se aplica en el departamento de cuentas por pagar de la constructora y se aumentan los pagos a tiempo de los contratistas, estos se sentirán motivados a entregar a tiempo lo que les corresponde, es, en pocas palabras, un ganar-ganar.
Por otra parte, si se logra la certificación de los contratistas, especificando criterios de desempeño la consecuencia será tener contratistas que construyen con calidad, disposición y a tiempo.
En realidad, hay miles de oportunidades para que los equipos kaizen apliquen sus esfuerzos para mejorar cada etapa del proceso de construcción.
En resumen, las ventajas que una empresa constructora puede obtener mediante la aplicación de la metodología Kaizen son:
Permita que los expertos de TBM transformen sus procesos constructivos y compruebe los extraordinarios resultados que puede experimentar su empresa y sus clientes.
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